Viviana Canosa volvió al ruedo este martes en su programa de tele «Viviana en Vivo» . Pero primero vamos al lunes por la mañana, la conductora se presentó durante tres horas en los Tribunales de Comodoro Py para ampliar su denuncia por abuso y trata de personas. Acompañada por su abogado Juan Manuel Dragani, ratificó sus declaraciones iniciales y entregó nuevas pruebas que, según su entorno, son de “suma gravedad”.
“Hoy fui a Comodoro Py a ratificar mi denuncia. No doy ni un paso atrás. Claramente el poder no quiere escuchar de lo que estoy hablando”, lanzó en su programa Viviana en Vivo por El Trece, donde además reveló una información clave: la denuncia que ella presentó coincide con una investigación judicial realizada hace dos años, de la cual no tenía conocimiento. “Los nombres y lugares coinciden. Eso está en el expediente. Y eso cambia todo”, sentenció.
La causa está a cargo del juez Ariel Lijo, con la intervención de la fiscal especializada en trata, María Alejandra Mángano. El expediente se mantiene bajo reserva, pero ya generó un temblor en el ambiente artístico y político. Los nombres que comenzaron a circular incomodan a todos.
«No doy ni un paso atrás», expresó más tarde en su programa Viviana en Vivo, emitido por El Trece. “Claramente, el poder no quiere escuchar de lo que estoy hablando, porque afecta a muchísimos intereses. No es negocio hablar de esto ni denunciarlo”, sentenció en un encendido editorial que agitó los medios y redes sociales.
La causa, que sigue bajo secreto de sumario, está a cargo del juez Ariel Lijo, con la intervención de la fiscal especializada en trata, María Alejandra Mángano. La denuncia no solo incluye acusaciones generales sino también nombres concretos del ambiente artístico, lo que disparó un escándalo sin precedentes.
Entre los nombres mencionados se encuentra Lizy Tagliani, quien ya había sido vinculada previamente por Canosa, así como también figuras como Florencia Peña, La Negra Vernaci, Humberto Tortonese y Damián Betular. Esta nueva presentación habría sumado más nombres y situaciones, generando alarma en la farándula.
Uno de los señalados, Jey Mammon, salió al cruce tras los trascendidos que lo vinculan con la denuncia. “Son trascendidos mediáticos espantosos”, dijo el conductor, y agregó: “Estoy muy lastimado. No puede ser gratuito que cualquiera pueda decir cualquier cosa”. Mammon, recordado por la denuncia de Lucas Benvenuto en su contra por abuso sexual, fue cuestionado por Canosa, quien no dudó en apuntarle: “¿A quién se le ocurre ir a buscar la opinión de Jey Mammon en un tema tan sensible como el abuso de menores?”.
Desde el entorno de Florencia Peña, su abogado Fernando Burlando calificó las acusaciones como “tremendas” y destacó que la actriz “jamás fue al Turismo Carretera a reclutar menores”, como se habría insinuado. “La recomposición tiene que ser judicial”, remarcó.
Los hermanos Sebastián y Germán Kiczka
El programa de Canosa también abordó el escalofriante caso de los hermanos Sebastián y Germán Kiczka, vinculados a delitos de pedofilia. La periodista calificó el episodio como “un asco total”, mientras que su panelista Germán “Pampa” Mónaco relató los detalles de la causa: desde los allanamientos realizados por orden de la fiscal Daniela Dupuy, hasta los chats del horror que Sebastián mantenía, en los que admitía su adicción a menores y hablaba de tener relaciones con una nena de cinco años. Viviana desestimó por completo el intento de defensa que apunta a desligar al hermano concejal, Germán, y cuestionó con dureza a los políticos que impulsaron su candidatura: “¿No salen a decir nada? ¡Que pidan disculpas!”, reclamó el panelista Mariano Roa. En esa misma línea, el abogado Dragani sentenció que una persona con ese tipo de patologías es “irrecuperable”.
Un nueva polémica en torno a Lizy
A esta polémica se sumó una fuerte confesión de Sebastián Pollastro, ex participante de Gran Hermano 2007, quien, en un video difundido por Canosa, aseguró: “En el casamiento de Lizy Tagliani estaba mi abusador”. Aunque aclaró que no puede denunciar formalmente por prescripción del delito, respaldó la gravedad de lo que expone Canosa: “Ojalá fuera solo un posteo y no todo lo que vengo laburando en mi terapia hace años”.
Como si el escándalo necesitara más combustible, Mirtha Legrand también se metió en la discusión. En su programa del sábado, cuestionó a Canosa por su estilo y dijo inclinarse “un poco por Lizy”. Canosa, sin filtro, le respondió: “Yo estoy exponiéndome por los demás. Mirtha llevó a Natacha Jaitt a su mesa, y ahora habla mal de mí por la misma pantalla. Un poco más de respeto”.
Con una denuncia judicial en marcha, testimonios que empiezan a salir a la luz, y el debate sobre los límites del periodismo de investigación instalado en todos los medios, Viviana Canosa parece decidida a empujar una causa que nadie quiere tocar. Su cruzada divide aguas, enfrenta a figuras poderosas y, a su manera, sacude el silencio alrededor de una problemática que —según ella misma dice— “afecta a muchos más de lo que se cree”.
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