Sociedad

«La patria no se vende»: protestas multitudinarias en todo el país contra el DNU

Segunda noche de protestas masivas: ciudadanos argentinos en rechazo a las medidas del gobierno nacional

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Se llevaron a cabo protestas multitudinarias en todo el país bajo el lema «La patria no se vende». Las marchas fueron organizadas por sindicatos, organizaciones sociales y ciudadanos de a pie que se oponen al decreto de 300 medidas anunciado por el presidente Javier Milei.

Una vez más, las calles de Argentina fueron escenario de protestas masivas en contra del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) anunciado por el presidente Javier Milei. Ciudadanos autoconvocados se congregaron en las cercanías del Congreso Nacional, Plaza de Mayo y diversas ciudades del país para expresar su rechazo a las medidas impulsadas.

Protestas en Buenos Aires: Cacerolazos en el Congreso y Plaza de Mayo

En la capital, una multitud golpeó cacerolas en las veredas cercanas al Congreso Nacional, custodiados por la Policía Federal. Además, en Plaza de Mayo, manifestantes se sumaron a la Asociación de Licenciados en Enfermería en una «marcha de antorchas» en rechazo al DNU y en demanda del reconocimiento profesional. Cánticos como «La casta no es el pueblo» resonaron en la Plaza, mientras la policía inicialmente escoltaba la movilización.

Movilización en otras ciudades del país

Las protestas no se limitaron a Buenos Aires. En Viedma, los vecinos se congregaron en la plaza San Martín y marcharon por las principales calles. En Jujuy, ciudadanos expresaron su defensa de la democracia y la soberanía, exigiendo a los legisladores la derogación del DNU. Mientras tanto, en distintas localidades de la provincia de Buenos Aires y otras ciudades como Mar de Ajo, Rosario, Mar del Plata, Bariloche, Ushuaia, Córdoba, Junín y Resistencia, se replicaron los cacerolazos y movilizaciones.

Cacerolazos en Conurbano Bonaerense

En el Conurbano Bonaerense, vecinos de Pilar, San Miguel, Avellaneda, Quilmes, Lomas de Zamora, Almirante Brown, Hurlingham y Morón, entre otros, expresaron su rechazo a las medidas anunciadas por Milei. La reacción no se limitó a golpear cacerolas, sino que también se movilizaron por las calles en una respuesta espontánea a las medidas anunciadas.

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Mensaje del Presidente Milei en Cadena Nacional

Javier Milei, en cadena nacional, atribuyó los problemas del país a la «casta» política y a la «doctrina que considera que los políticos son Dios». Se dieron a conocer 30 medidas incluidas en el DNU de desregulación del Estado, derogando más de 300 normativas, incluyendo la Ley de Alquileres, la Ley de Góndolas y la Ley de Protección a la Industria Nacional.

Rechazo de la Oposición y Movilización Ciudadana

La oposición reaccionó ante el DNU, y la ciudadanía se manifestó en repudio a las medidas, saliendo a las calles con cacerolas y bocinazos. En varias ciudades del interior del país, como Rosario y Mar del Plata, se registraron protestas ciudadanas. La medida generó una respuesta significativa, expresando la disconformidad de diversos sectores de la sociedad.

Las protestas fueron particularmente fuertes en las principales ciudades del país, como Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Rosario y Mendoza. En Buenos Aires, la marcha comenzó en la Plaza de Mayo y terminó en el Congreso Nacional.

Los manifestantes llevaban carteles y banderas con lemas como «No al decreto de Milei», «Defendamos los derechos laborales» y «La patria no se vende». También corearon consignas contra el presidente Milei.

Movilización espontánea ante el Congreso contra el DNU de Milei.

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Las protestas fueron un claro rechazo al decreto de Milei, que incluye medidas como la eliminación de la indemnización por despido, la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales y la flexibilización de las condiciones de trabajo.

Los sindicatos y organizaciones sociales que organizaron las marchas creen que estas medidas debilitarían la posición de los trabajadores frente a los empleadores y perjudicarían los derechos laborales.

El presidente Milei ha respondido a las marchas diciendo que son una expresión de «impotencia» y que «no van a cambiar nada». Sin embargo, las marchas demuestran que hay un fuerte rechazo a sus medidas entre los trabajadores y la sociedad civil.

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