Internacionales
Estambul: sin Putin ni Zelenski, la paz entre Rusia y Ucrania más lejos que nunca
Las delegaciones de ambos países se reunirán el viernes bajo mediación turca; también participarán representantes de Estados Unidos, aunque las expectativas son bajas

En un nuevo intento por destrabar el prolongado conflicto entre Rusia y Ucrania, las delegaciones de ambos países mantendrán este viernes una reunión en Estambul. Aunque el encuentro es promovido como una oportunidad de reinicio del diálogo, los líderes de ambas naciones, Vladímir Putin y Volodímir Zelenski, han optado por no asistir, lo que ha alimentado el escepticismo internacional respecto al posible éxito de las conversaciones.
La cita tiene lugar bajo la mediación de Turquía, que ya fue sede de rondas de diálogo previas en 2022, y contará además con la participación de una delegación de Estados Unidos, encabezada por el secretario de Estado, Marco Rubio. En representación de Ucrania estará su ministro de Defensa, Rustem Umérov, mientras que por parte de Rusia asistirá el asesor presidencial Vladímir Medinski, junto a altos funcionarios de Defensa y del Ministerio de Exteriores.
El presidente Zelenski confirmó en las últimas horas que no viajará a Estambul y agradeció públicamente a su par turco, Recep Tayyip Erdogan, “el apoyo a la integridad territorial y soberanía” de Ucrania. La decisión de no participar directamente en el encuentro, según fuentes del gobierno ucraniano, responde al bajo nivel diplomático de la representación rusa, lo que restaría valor simbólico y político a una hipotética cumbre de alto nivel.
I want to sincerely thank President @RTErdogan, his team, and the people of Türkiye for their support of Ukraine’s territorial integrity and sovereignty. President Erdoğan reaffirmed during our meeting today that he supports Ukraine and recognises Crimea as part of Ukraine. pic.twitter.com/jAdXRv6vio
— Volodymyr Zelenskyy / Володимир Зеленський (@ZelenskyyUa) May 15, 2025
Una foto repetida, pero con matices nuevos
Las negociaciones entre ambos países ya tuvieron un capítulo similar en Estambul en la primavera de 2022, cuando las tropas rusas avanzaban peligrosamente sobre Kiev. Tres años después, el escenario es otro: Ucrania ha logrado frenar importantes ofensivas del Kremlin, pero el desgaste militar y político es evidente. A ello se suma la pérdida de entusiasmo por parte de aliados fundamentales como Estados Unidos, que si bien sigue comprometido con Kiev, comienza a mostrar señales de impaciencia ante la falta de avances concretos.
Marco Rubio lo expresó con claridad al asegurar que “la única forma” de lograr avances reales sería con una reunión directa entre los presidentes Trump y Putin. “No anticipo nada productivo hasta que haya una conversación franca y directa”, sentenció el jefe de la diplomacia estadounidense, que este viernes también se reunirá con las delegaciones rusa y ucraniana por separado.
Las dudas sobre la voluntad rusa
En distintos círculos diplomáticos se especula con que esta reapertura del diálogo podría ser, en realidad, una estrategia del Kremlin para ganar tiempo y proyectar una falsa disposición negociadora. “La política exterior rusa ya ha demostrado en el pasado que utiliza procesos diplomáticos para bloquear soluciones, alterar condiciones y manipular escenarios internacionales a su favor”, coinciden varios analistas.
Desde Moscú, sin embargo, la narrativa oficial insiste en la voluntad de alcanzar “una paz duradera”. Así lo expresó Medinski, quien declaró que el objetivo del encuentro es “resolver las raíces del conflicto y encontrar puntos en común”.
Europa se mueve en paralelo
Mientras tanto, en Tirana (Albania), más de 40 líderes europeos —sin Rusia, Bielorrusia ni el Vaticano— se reúnen en la sexta cumbre de la Comunidad Política Europea. Allí, Zelenski sí estará presente, buscando reforzar el respaldo continental a Ucrania. En un mundo cada vez más dividido, la Unión Europea busca consolidar su papel geopolítico y presionar a Moscú para sentarse en la mesa con mayor voluntad.
Por ahora, todas las miradas están puestas en Estambul. Pero lo cierto es que, sin los máximos responsables cara a cara, las chances de un avance real parecen, por el momento, limitadas.
Putin y Zelenski se cruzan cara a cara este jueves: el Kremlin confirma preparativos para la cumbre en Turquía
El diálogo directo entre los presidentes de Rusia y Ucrania, Vladimir Putin y Volodímir Zelenski, podría estar más cerca que nunca. Este martes, el Kremlin confirmó que se encuentra “preparando” su participación en la esperada reunión de este jueves 15 de mayo en Estambul (Turquía), aunque aún sin aclarar si será el propio Putin quien encabece la delegación rusa.
«Rusia está avanzando con los preparativos para las conversaciones que se prevé que tengan lugar el jueves», afirmó el portavoz presidencial Dmitry Peskov. A pesar del anuncio, el gobierno ruso mantiene el hermetismo sobre la identidad de los representantes que asistirán y evita confirmar si Putin estará presente en persona, como reclama con insistencia el presidente ucraniano.
Zelenski de visitante
Por su parte, Zelenski ya confirmó que viajará a Turquía. Se reunirá primero en Ankara con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y desde allí planean volar juntos a Estambul, donde debería realizarse el que sería el primer cara a cara entre ambos líderes desde diciembre de 2019. “Hacemos todo lo posible para que la reunión tenga lugar”, declaró el mandatario ucraniano, quien también ha acusado a Putin de “tener miedo” a un encuentro directo.
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“No me reuniré con ningún otro representante ruso que no sea el presidente Putin”, enfatizó este martes Mykhailo Podolyak, asesor presidencial ucraniano. La posición de Kiev es clara: sólo un encuentro de líderes podrá allanar el camino hacia un cese al fuego y una eventual paz duradera.
Washington también dice presente
El gobierno de Estados Unidos, mediador en estas conversaciones, también confirmó la presencia de su secretario de Estado, Marco Rubio, quien estará acompañado por el enviado especial para Oriente Medio y Rusia, Steve Witkoff, y el emisario para Ucrania, Keith Kellogg.
La participación estadounidense se da tras semanas de tensión entre Washington y Kiev, que se suavizaron recientemente tras la firma de un acuerdo bilateral para la explotación de minerales en Ucrania. Desde el entorno de Zelenski se ha valorado positivamente la posibilidad de que el presidente Donald Trump asista a la reunión en Turquía, aunque su presencia aún no está confirmada.
«Estaba pensando en viajar allí. Supongo que existe la posibilidad», dijo Trump antes de iniciar una gira por países del Golfo. «No subestimen el jueves en Turquía», agregó, dejando la puerta abierta a una eventual participación directa.
Sin alto el fuego previo
Uno de los grandes puntos de tensión en la antesala de la cumbre es la negativa rusa a decretar un alto el fuego antes del encuentro. Zelenski había condicionado la reunión a una tregua de al menos 30 días, exigencia que también respaldaron los países europeos, entre ellos Alemania y Francia. Sin embargo, el Kremlin calificó la solicitud como “inadmisible” y continuó sus bombardeos sobre territorio ucraniano este martes.
“Si Putin no llega, entonces no quiere terminar la guerra”, sentenció Zelenski. “Todo en Rusia depende de él. Sólo un cara a cara puede abrir la puerta a la paz”.
Duras posturas en la mesa
En cuanto al contenido de las negociaciones, las posiciones siguen siendo muy distantes. Rusia ha expresado su voluntad de negociar un alto el fuego con mediación de Trump, pero se niega a devolver los territorios ocupados y exige que Ucrania abandone su intención de integrarse a la OTAN.
Por su parte, Kiev exige garantías de seguridad internacionales, el retiro de las tropas rusas de su territorio y rechaza cualquier intento de limitar su capacidad militar. Aunque ambas partes han dejado abierta la posibilidad de discutir asuntos territoriales tras una tregua, el camino hacia la paz luce complejo.
Este jueves podría ser un punto de inflexión. Si Putin y Zelenski se encuentran finalmente en Estambul, el mundo será testigo del primer intento real de resolver un conflicto que ya lleva más de tres años y ha dejado miles de víctimas. Pero si alguno de los líderes no acude, la guerra seguirá marcando el destino de Europa del Este.
Internacionales
Estado Unidos como único interlocutor toma distancia entre Irán-Israel: Trump se hace el «distraído» para una potencial negociación
Tras los ataques israelíes a instalaciones nucleares iraníes, Donald Trump endurece su retórica pero se muestra como el único posible interlocutor internacional. ¿Negociador o cómplice silencioso?

Mientras el mundo observa con inquietud la escalada militar entre Israel e Irán, Estados Unidos, lejos de posicionarse con claridad, parece jugar una doble carta. Donald Trump, presidente norteamericano, lanzó duras advertencias a Irán, pero también insinuó que aún hay margen para evitar una catástrofe mayor. En este tablero de alto voltaje geopolítico, el mandatario norteamericano aparece como el único con capacidad real de abrir un canal diplomático. Sin embargo, su ambigüedad también lo expone como un actor que podría estar capitalizando el caos.
En un mensaje publicado en su red Truth Social tras el ataque israelí del 13 de junio a las instalaciones nucleares de Natanz, Trump sostuvo: “Irán debe llegar a un acuerdo antes de que no quede nada”, sugiriendo que el tiempo para negociar se agota. La operación israelí, que habría eliminado a altos mandos de la Guardia Revolucionaria, fue calificada por Trump como “excelente” en una entrevista con ABC News. “Recibieron un golpe muy duro. Aún queda más. Mucho más”, declaró.
A pesar del tono amenazante, Trump evitó confirmar si hubo participación de Estados Unidos en el ataque, limitándose a decir: “No quiero hacer comentarios sobre eso”. Esta respuesta, más política que militar, abre un abanico de lecturas: ¿acuerdo tácito con Israel o estrategia para quedar como único mediador aceptable en la región?
Trump y un rol ambivalente
La línea entre advertencia y oferta de negociación es delgada. “Todos están muertos ahora, y la cosa solo empeorará”, dijo Trump, aunque añadió que “aún hay tiempo para poner fin a esta masacre”. En la misma publicación pidió a Irán actuar con rapidez: “No más muerte, no más destrucción, ¡simplemente háganlo, antes de que sea demasiado tarde!”.
Estas declaraciones se producen en medio de lo que ya se considera una segunda ola de ataques israelíes, con nuevos bombardeos sobre Natanz. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) confirmaron que “la operación solo acaba de empezar” y que se están preparando para una eventual respuesta iraní.
¿El único canal abierto?
Trump insiste en que durante su mandato ofreció múltiples oportunidades para un acuerdo nuclear con Irán, pero que “la línea dura del régimen” impidió que eso ocurriera. Esa narrativa, más allá de los hechos concretos, permite a Washington colocarse como árbitro del conflicto, pese a su clara cercanía con Israel.
La comunidad internacional observa con preocupación la posibilidad de una escalada sin precedentes. Desde la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi calificó la situación como “preocupante” y recordó que las centrales nucleares “no deben ser objetivos militares”.
Mientras tanto, los ataques continúan, y la posibilidad de represalias en la región —e incluso fuera de ella, como en América del Sur— se mantiene latente. En ese contexto, la figura de Trump se alza no solo como la del líder de una superpotencia, sino también como la de un negociador en potencia que se reserva el derecho de intervenir o abstenerse, según convenga.
Estados Unidos se mueve con ambigüedad calculada: deja actuar a Israel, se muestra duro con Irán, pero no cierra la puerta a una mesa de diálogo. En este ajedrez nuclear, cada palabra de Trump no solo es un mensaje a Teherán, sino también un movimiento estratégico hacia su propio reposicionamiento global.
Nota realizada por Puente de Noticias con ayuda de la IA.
Internacionales
ISRAEL GOLPEA EL NÚCLEO DEL PODER MILITAR IRANÍ: TRES ALTOS MANDOS FUERON ABATIDOS EN UN ATAQUE SORPRESA
La ofensiva aérea fue calificada como “preventiva y precisa” por las Fuerzas de Defensa de Israel. Murieron también seis científicos nucleares y se atacaron más de 100 objetivos militares.

En una de las ofensivas más significativas del conflicto regional, Israel lanzó este viernes una operación aérea sorpresa contra múltiples blancos en Irán, incluyendo instalaciones militares y nucleares, que resultó en la muerte de tres de los más altos comandantes de las Fuerzas Armadas del régimen persa.
Los blancos del ataque incluyeron centros de mando, radares, depósitos de misiles y laboratorios vinculados al programa atómico iraní. La acción fue ejecutada por más de 200 cazas israelíes que bombardearon más de 100 objetivos estratégicos.
El Ejército israelí confirmó la muerte del jefe del Estado Mayor de Irán, Mohammad Hossein Bagheri; del comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria, Hossein Salami; y del comandante del Comando Khatem al-Anbiya, Gholam Ali Rashid, estructura clave en la defensa ante emergencias bélicas.
Quiénes eran los tres hombres fuertes del régimen iraní
Mohammad Hossein Bagheri, jefe del Estado Mayor, era considerado uno de los principales arquitectos de la doctrina militar iraní. Veterano de la guerra Irán-Irak y con una larga trayectoria en inteligencia y operaciones, desde 2016 estaba a cargo de la coordinación entre las diferentes ramas de las Fuerzas Armadas. Su influencia trascendía fronteras: supervisó tropas iraníes en Siria y estuvo implicado en el suministro de drones a Rusia en el conflicto de Ucrania.
Hossein Salami, nacido en 1960, comandaba la Guardia Revolucionaria desde 2019. Su carrera de más de 40 años lo ubicó en el centro del aparato represivo y militar del régimen. Experto en misiles de largo alcance y sistemas de drones, fue uno de los ideólogos de la estrategia de “disuasión activa” que Irán aplicaba mediante sus aliados en la región.
Gholam Ali Rashid, de 71 años, dirigía el Comando Khatem al-Anbiya, la entidad operativa clave para coordinar respuestas militares a gran escala. Su rol como estratega lo convirtió en una pieza fundamental en la planificación de la defensa nacional iraní. Participó de las decisiones más relevantes del alto mando desde la guerra contra Irak hasta la actualidad.

El comandante del Comando Khatem al-Anbiya, Gholam Ali Rashid, estructura encargada de la respuesta militar de emergencia
La ofensiva israelí y su objetivo: desmantelar la amenaza nuclear
La operación fue descrita por las Fuerzas de Defensa de Israel como “ofensiva, preventiva, precisa y combinada”. El gobierno de Benjamin Netanyahu argumentó que Irán había avanzado peligrosamente en el desarrollo de ojivas nucleares: “Han producido suficiente uranio enriquecido para fabricar hasta nueve bombas”, dijo el primer ministro en un mensaje grabado.
Según medios oficiales iraníes, al menos seis científicos nucleares también murieron en los bombardeos. Entre ellos se encuentran nombres vinculados al diseño de armas atómicas, como Fereydoun Abbasi y Mohammad Mehdi Tehranchi.
El gobierno israelí sostiene que Irán planeaba ensamblar hasta 15 ojivas nucleares en los próximos meses y que parte de la infraestructura crítica para ese fin fue destruida en esta operación. Además, confirmó que drones israelíes fueron lanzados desde dentro del territorio iraní para desactivar radares y sistemas de defensa antes de los ataques aéreos.
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Una escalada con múltiples frentes abiertos
La preocupación por el desarrollo nuclear iraní no es nueva, pero este ataque marca un punto de inflexión. “Si no actuábamos ahora, Irán podría haber tenido un arma nuclear lista en pocos meses”, aseguró Netanyahu.
En los últimos meses, Irán ha reforzado su red de alianzas con actores como Hezbollah en Líbano y los hutíes en Yemen, grupos que han lanzado misiles contra territorio israelí. Además, en 2024 se registraron más de 300 misiles balísticos disparados desde Irán hacia Israel.
Con esta ofensiva, Israel busca desarticular la capacidad del régimen iraní de llevar una eventual guerra más allá de sus fronteras y frenar, al menos temporalmente, el avance del programa nuclear.
La comunidad internacional observa con tensión. Mientras algunos gobiernos occidentales avalan el derecho de Israel a defenderse, otros llaman a la moderación para evitar una escalada que desborde la región.
Nota realizada por Puente de Noticias con ayuda de la IA.
Internacionales
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