Ailing Hou tiene 24 años, nació en Beijing y es fanática del fútbol argentino desde que vio a Lionel Messi en el Mundial de Sudáfrica 2010. Su amor por la Selección y la cultura del país la llevó a vivir una historia que parece de película: cruzó medio mundo para encontrar al joven argentino que la defendió durante la final de la Copa América 2024 en Miami, y lo logró.
Todo comenzó el 14 de julio de 2024, cuando Ailing Hou viajó con una amiga a Estados Unidos para asistir al partido entre Argentina y Colombia en el Hard Rock Stadium. Lo que prometía ser una experiencia inolvidable se tornó tensa cuando fueron hostigadas por un grupo de hinchas colombianos. Según relató, las insultaron con gestos racistas y quisieron quitarles los asientos que habían comprado desde China.
Fue entonces cuando apareció un joven argentino que, sin conocerlas, se interpuso y las defendió. Se enfrentó a los agresores, buscó seguridad y logró que los expulsaran del estadio. Ailing solo alcanzó a sonreírle y tomarle una foto. No pudo preguntarle su nombre, ni su Instagram. Pero esa acción le cambió la vida.
Convencida de que debía agradecerle, volvió a Argentina por segunda vez —la primera había sido en marzo— decidida a encontrarlo. Recorrió estadios como los de River, Boca y Vélez; visitó las oficinas de la AFA con una carta en mano; contactó a periodistas y mostró la imagen borrosa que había logrado durante el partido. La historia se viralizó, y el milagro ocurrió.
Dos días después de la publicación de la nota en el diario Clarín, llegó un correo electrónico: “Soy el papá del chico de la nota. Te dejo mi número”. El círculo se cerraba.
El joven era Antonio Villalón, santafesino de 17 años, estudiante secundario en Santo Tomé. Cuando recibió la nota, reconoció enseguida la historia: “Apenas vi la foto, supe que era ella. Recuerdo todo muy claro”, contó. En un acto espontáneo, y acompañado por su madre, Antonio no dudó en intervenir ante la injusticia que presenciaba. “Nunca me sentí un héroe”, dijo con humildad.
La conexión entre ambos renació a través de redes sociales. Antonio, que hoy habla inglés tras haber estudiado en Nueva York, se comunicó con Ailing por Instagram. Ella lo invitó a ver juntos el próximo partido de la Selección y también le propuso algo inesperado: viajar a China, con todos los gastos pagos, para conocer su país y agradecerle en persona.
Aunque el reencuentro en Argentina se demorará unas semanas por el regreso de Antonio a clases, ambos están en contacto y planean verse pronto. “Ella claramente pertenece a otra cultura. No es una historia de amor, sino una necesidad de agradecer”, explicó él.
Ailing dejó en claro desde un principio que su objetivo no era sentimental: “Solo me gustaría ser su amiga”, dijo. En su cultura, el agradecimiento es una forma profunda de reconocimiento. Y su deseo es compensar el gesto que vivió en uno de los momentos más difíciles de su vida.
“Sería un sueño para mí y sentiría que ya no estoy en deuda”, expresó. Gracias a la solidaridad espontánea de un joven argentino, Ailing pudo ver la final tranquila y, un año después, cerrar una historia tan real como extraordinaria.
(Fuente Clarín)