El miércoles 2 de julio se convirtió en un día histórico para el consumo de gas en Argentina a raíz de la ola polar. La demanda residencial alcanzó los 100,3 millones de metros cúbicos diarios, superando ampliamente los registros de años anteriores, cuando no se había llegado a los 96 millones. La Ciudad de Buenos Aires vivió la jornada más fría desde 1991, en el marco de una ola polar que afectó a todo el país y elevó un 25% el consumo de gas con respecto al invierno pasado.
Medidas extraordinarias para evitar una crisis mayor
Ante la tensión del sistema de distribución, el Gobierno nacional, en conjunto con las distribuidoras, aplicó medidas de emergencia para garantizar el suministro a usuarios prioritarios como hogares, hospitales y escuelas. Estas decisiones incluyeron la interrupción del servicio a usuarios industriales y estaciones de GNC con contratos en firme, incluso aquellos que pagan tarifas más altas para evitar este tipo de cortes.
Las regiones más afectadas por los cortes fueron Buenos Aires Norte, Centro Norte, Litoral, Norte, Noroeste, Cuyo y Sur. En el resto del país, se aplicaron restricciones a contratos interrumpibles y reducciones a mínimos técnicos en algunos contratos firmes.
Santa Fe sin GNC por 24 horas
En la provincia de Santa Fe, así como en Córdoba, Entre Ríos y otras cinco provincias, las estaciones de GNC suspendieron el expendio desde las 14 horas del miércoles 2 de julio. Según confirmaron desde las estaciones locales, la suspensión se extenderá hasta las 17 horas del jueves 3, por una orden emitida por la empresa proveedora de gas comprimido, motivada por el descenso del stock en el sistema de transporte.
Un encargado de una estación de servicio de la ciudad de Santa Fe explicó: “Recibimos un correo que nos indicó cerrar el despacho de ventas por 24 horas. Esto responde al consumo elevado y la caída en la disponibilidad del sistema”.
Vaca Muerta, en jaque: problemas técnicos y gasoducto operando al 70%
El gasoducto Perito Moreno (ex Néstor Kirchner), que conecta Vaca Muerta con Buenos Aires, opera al 70% de su capacidad debido a problemas técnicos en la producción de algunos yacimientos. Se estima una pérdida de entre 6 y 7 millones de metros cúbicos diarios de gas neuquino, en momentos en que la capacidad del gasoducto es de 22 millones.
Industrias afectadas y exportaciones suspendidas
Diversos sectores industriales también sufrieron cortes, incluso aquellos con contratos “firmes con ventana”, que permiten una reducción temporal del suministro. Entre los rubros afectados se encuentran el textil, cerámico, maderero y de bebidas. Además, se suspendieron parcialmente las exportaciones de gas a Chile.
Cortes de luz en el AMBA y Mar del Plata
El sistema eléctrico también se vio desbordado. Más de 100.000 usuarios del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) quedaron sin luz el martes por la madrugada, según comunicó la empresa Edesur, que realizó cortes preventivos por “problemas ajenos a la compañía en la generación de energía”.
En Mar del Plata, además del corte de GNC, se registraron apagones, lo que llevó al intendente Guillermo Montenegro a suspender clases y actividades no esenciales, priorizando el funcionamiento de hospitales y geriátricos, por la ola polar que atraviezan.
Una infraestructura en crisis y el desafío de atraer inversión
El colapso del sistema vuelve a exponer las deficiencias estructurales del sector energético argentino, marcado por dos décadas de desinversión, tarifas congeladas y falta de planificación. Según estimaciones, se necesitarían más de 25.000 millones de dólares para alcanzar los niveles de calidad de servicio de hace 20 años.
El exsecretario de Energía, Emilio Apud, señaló: “No se le puede pedir a este Gobierno que resuelva en un año los desastres de dos décadas. Pero hay que apurarse: esto no se soluciona de un día para otro”.