Juan Romero, es fotógrafo aficionado y trabaja en una fábrica de neumáticos en Buenos Aires pero su pasión por la fotografía y por los viajes lo llevaron, junto a su esposa, a San Rafael.
“No conocía esa parte de Argentina y era un pendiente visitar esos paisajes”, comentó a los medios luego de presenciar y grabar un espectáculo natural único y poca veces visto por el ojo humano.
Logró capturar el momento en el que un cóndor descendió de las alturas para darse un baño en las aguas del dique Valle Grande.
Llegó a San Rafael a principios de julio con un objetivo principal: ”Quería una foto mía y de mi esposa con el ‘submarino’ (la formación rocoso característica de Valle Grande) de fondo”. Pero como dice el dicho, esta pareja de turistas “vino por bronce y encontró oro».
Contrató un tour que incluía actividades de aventura como rafting. Antes de partir, claro, al armar el equipaje, tomó una decisión que luego celebraría. Pese a su elevado valor, decidió meter en su valija una cámara fotográfica con un gran zoom, ideal para capturar vida silvestre. “Por suerte la llevé a Mendoza, sino me hubiese angustiado de no poder grabar al cóndor”, confesó.
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El bajo caudal del río Atuel frustró el rafting del contingente, pero la operadora turística se los cambió por un paseo en catamarán por el dique Valle Grande. Allí, cuando nada fuera de los común ocurría, el guía gritó: “Ahí hay un cóndor”.
El imponente ave estaba a solo unos 200 metros de los turistas. Juan sacó su valiosa cámara y comenzó a grabar. “Primero estaba sobre una piedra, pero luego bajo y se metió al agua y empezó abañarse”, contó Juan.
“La verdad fue un regalo de Dios. Una gran sorpresa que valió cada centavo de este viaje”, resumió emocionado.
Juan es fotógrafo autodidacta, aunque está en proceso de profesionalizarse para que su pasión se transforme en un ingreso económico extra. “Ya había capturado a un pareja de cóndores en El Chaltén (Santa Cruz) pero nunca me imaginé que vería a este enorme macho en la tierra”, recordó.
