Un niño fue protagonista de un insólito hecho hace algunos días. Realizó un viaje involuntario de 3.200 kilómetros tras ocultarse en un contenedor mientras jugaba a las escondidas. Posteriormente, el barco recorrió entre Bangladesh y Malasia.
El pequeño fue identificado como Fahim, de 11 años.
Ese día, el pequeño jugaba al tradicional juego «escondidas» en las cercanías del puerto de Chittagong. Aparentemente, el contenedor era el sitio perfecto. Sin embargo, su escondite perfecto, ni los trabajadores se dieron cuenta de que el chico estaba dentro. Cerraron las puertas y lo embarcaron a su destino: Malasia.