Las torrenciales lluvias que azotan a la región de Valencia, en el este de España, dejaron al menos 62 víctimas fatales y causaron una devastación sin precedentes en el sur del país. La fuerza del temporal, que comenzó a inicios de la semana, ha ocasionado la crecida de ríos y la formación de intensas corrientes de agua que arrastraron vehículos, contenedores de basura y sumergieron calles enteras, afectando seriamente a comunidades ribereñas como Utiel y Paiporta.
Desde la madrugada del miércoles, el Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat de Valencia confirmó la última cifra de víctimas mortales y detalló que las labores de rescate siguen en curso en áreas donde aún existen personas atrapadas y servicios interrumpidos. De acuerdo con las autoridades, se han desplegado más de 1.000 efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) para colaborar en el rescate y socorro de los afectados.
Un fenómeno sin precedentes en Valencia
«Es un fenómeno sin precedentes», declaró la ministra de Defensa española, Margarita Robles, quien supervisa las tareas de rescate. Las lluvias torrenciales registradas en Valencia son el evento climático más letal en España desde 1996, cuando 86 personas fallecieron en la tragedia de Biescas, en Huesca, tras otro fenómeno similar de crecida de aguas. Las autoridades advierten que el cambio climático ha intensificado estos episodios, haciendo que las lluvias se tornen más violentas y menos predecibles, un fenómeno conocido como DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos), característico por su intensidad y rápida formación.
Medidas de emergencia y desplazamiento de la población
El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, instó a la población a permanecer en sus hogares, ya que varias zonas de la región aún están inaccesibles y los desplazamientos por carretera son extremadamente peligrosos. Varias áreas de la Comunidad Valenciana permanecen sin servicios de electricidad y telefonía, mientras los servicios de transporte, que incluyen los ferroviarios y aéreos, fueron suspendidos hasta nuevo aviso. Aena, el operador aeroportuario, confirmó que decenas de vuelos han sido desviados del aeropuerto de Valencia debido a la fuerte tormenta.
Además, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) activó la alerta naranja en varias provincias del este y sur de España, incluyendo Aragón, el sur de Navarra, y el oeste de Andalucía, con pronósticos de precipitaciones de hasta 80 mm en solo 12 horas. Suspendieron las clases en Valencia y alrededores; además se cerraron parques y espacios públicos, con la cancelación de todos los eventos deportivos programados en la región.
Reacciones en el gobierno y la comunidad internacional
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que regresaba de una gira internacional, presidirá un comité de crisis para gestionar el desastre. Sánchez expresó en redes sociales su pesar y preocupación por las personas desaparecidas y los daños materiales causados por el temporal. El Congreso de los Diputados en Madrid guardó un minuto de silencio en honor a las víctimas, mientras que la Casa Real española también extendió sus condolencias a las familias afectadas.
Un planeta en riesgo: el papel del cambio climático
Expertos de Aemet subrayan que fenómenos como este se están volviendo más frecuentes y violentos a causa del calentamiento global, que genera mayores niveles de energía atmosférica y, en consecuencia, eventos climáticos más extremos. «En este contexto de un planeta más cálido, los patrones de precipitación están cambiando y, en el caso de España, hemos visto un aumento en eventos de lluvias intensas y de corta duración», indicó el organismo en su último informe.
La situación continúa siendo crítica, y las autoridades advierten que las lluvias podrían extenderse hasta el jueves, con posibilidad de nuevas crecidas en los ríos. La prioridad ahora es resguardar la vida de los habitantes, así como trabajar en la restauración de los servicios esenciales para que los afectados puedan recuperar, dentro de lo posible, la normalidad.
Con este evento, Valencia y el mundo reciben un recordatorio urgente sobre la amenaza que supone el cambio climático y la necesidad de reforzar las políticas de prevención y adaptación para afrontar las consecuencias de estos fenómenos naturales.