TV Argentina
Tato ganó, pero también resistió: lo que no se vio de la final de Gran Hermano
La consagración de Santiago “Tato” Algorta fue mucho más que una votación: gritos, traiciones, arengas en la tribuna, jugadas invisibles, alianzas rotas y un cierre cargado de emociones. El uruguayo de 29 años enfrentó todo para quedarse con el premio y el cariño del público
Tato gano Gran Hermano: Euforia en las tribunas, tensión en el aire
En el estudio de Telefe se vivió una noche que combinó pasión, festejo y mucha tensión contenida. La tribuna del Tridente —compuesta por seguidores de Tato, Luz Tito y Luciana Martínez— fue la más vibrante de toda la gala. Globos, banderas y cantos no dejaron dudas sobre su favorito. Al grito de «¡Dale campeón!», acompañaron el ingreso de Tato al escenario. El contraste fue notorio: la tribuna de Ulises Apóstolo, si bien numerosa, permaneció mucho más apagada.
Antes de ingresar al estudio, el nuevo campeón cumplió con el ritual del programa: el apagado de las luces. “No me puede estar pasando esto. No sé si estoy listo para apagar las luces, estoy muy feliz, no me quiero ir”, dijo mientras recorría por última vez el living, la cocina y el jardín. Solo, frente a la puerta, dejó un mensaje para los televidentes: “Sean ustedes, cáguense en la opinión de los demás mientras no le hagan mal a nadie. Hagan, hagan y hagan. Chau”.
El despliegue escénico de la final fue completo. Los exjugadores de esta edición ocuparon sillas altas, de gala, ubicadas al costado del conductor, como un gesto de reconocimiento por haber atravesado una temporada tan extensa. A diferencia de otros años, la cantidad de participantes de ciclos anteriores fue notoriamente menor. Entre los más notorios estuvieron Juliana Furia Scaglione, Walter Alfa Santiago, Julieta Poggio, Rosina Beltrán, Daniela Celis, Romina Uhrig y Alan Simone, todos ubicados en la tribuna general.
soy Sandra pic.twitter.com/uRcgtKNkWf
— (@escuxaaah) June 25, 2025
LA PRODUCTORA CORRIENDO Y GRITANDOLE A ULISES PQ SE LE ESCAPABA Y HACIA GRITAR A LA TRIBUNA AJDJSKSJSKS AAA pic.twitter.com/SFAJrf8VR2
— lajoc (@shepstargirl) June 25, 2025
La historia del campeón: de resistido a aplaudido
Tato Algorta ingresó en diciembre al reality y enseguida quedó bajo la lupa. Se presentó como “fachero”, seductor y frontal. “Sufro bullying por lindo”, dijo en su primera aparición, provocando amor y odio por partes iguales. Contador, amante del deporte y fanático de Peñarol, su personalidad disruptiva incomodó a muchos. Fue acusado de machista en la primera semana, al usar su liderazgo para inhabilitar a cuatro mujeres de votar. Desde entonces, no dejó de estar en la mira.
Pese a todo, el público lo eligió. Cada placa fue una prueba superada. Cada conflicto, un refuerzo de su imagen de resistencia. Con el tiempo, su alianza con Luz Tito y Luciana Martínez —el famoso «Tridente»— se volvió clave. Luz fue su sostén emocional. Luciana, su aliada estratégica. Pero también fue blanco de ataques. Fue llamado egoísta, traidor y hasta “aburrido” por sus propios compañeros. Nunca respondió con violencia.
soy Sandra pic.twitter.com/uRcgtKNkWf
— (@escuxaaah) June 25, 2025
Ulises, rival dentro y fuera del juego
La enemistad con Ulises Apóstolo fue una de las más potentes del programa. El politólogo cordobés lo enfrentó constantemente, lo acusó de falso, de mentiroso y de superficial. Ulises construyó el personaje del “muchacho del interior” y se presentó como antítesis del uruguayo. Pero sus constantes críticas, incluso en los últimos días desde el stream del programa, terminaron jugando en su contra.
La polémica creció cuando se lo vio susurrándole respuestas a Gabriela en una competencia por una moto. Aunque en principio la producción negó irregularidades, la propia participante confesó que recibió ayuda. Esto reforzó la imagen de Tato como víctima del juego sucio.
El Tridente, las jugadas y las pérdidas
Luciana fue una de las primeras grandes bajas. Su salida, según se supo, fue consecuencia de una jugada impulsada por Bautista Mascia y avalada por la producción. El Tridente quedó golpeado. Luz resistió. En cada placa, eliminó nombres fuertes como Catalina, Brian, Chiara y Jenifer. Más adelante se sumaron Martina y Luchi, aportando nuevas dinámicas. Con Luchi, Tato mostró una faceta más relajada y lúdica.
Cuando se revelaron videos del casting, la producción decidió mostrar declaraciones polémicas de Tato, donde exageraba historias personales para ser elegido. La edición omitió, sin embargo, sus menciones a la uveítis y al hipotiroidismo que padece. Eso desató nuevas críticas internas. Pero otra vez, Tato eligió el silencio estratégico.
La final que no se mostró
Mientras en televisión se transmitía la emoción del cierre, detrás de cámara el clima era otro. Panelistas como Laura Ubfal, Trezeguet, Costa o Calabró reaccionaban con gestos que no siempre se vieron al aire. Exjugadores como Julieta Poggio, Daniela Celis y Romina Uhrig estuvieron en la tribuna, pero con una participación más decorativa que activa. Afuera, cientos de fans esperaban ver a sus ídolos, aunque no hubo contacto directo.
Una despedida con mensaje
El apagado de las luces, ritual emblemático del reality, fue especialmente emotivo. Solo, en la casa vacía, Tato dejó su sello:
“Sean ustedes, cáguense en la opinión de los demás mientras no le hagan mal a nadie. Hagan, hagan y hagan. Chau.”
Su agradecimiento también incluyó un mensaje que unió dos países:
“Gracias Argentina, gracias Uruguay. Gracias por esta oportunidad. Vamos Peñarol. Y vamos el Tridente.”
Tato no fue solo el más votado. Fue el que más resistió. Mientras otros jugaban para derrotarlo, él jugó para ganar.