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La mayor tragedia en Rio Grande Do Sul: 341 municipios bajo agua, 83 muertos, 175 heridos y 105 desaparecidos
Las autoridades lo consideran el peor desastre climático en la historia del estado
Las devastadoras lluvias que azotan a Rio Grande do Sul desde la semana pasada dejaron a su paso una estela de destrucción y tragedia. Según el último informe de la Defensa Civil, difundido este domingo a las 6 p.m., este desastre natural afecto cerca de 850 mil personas, exactamente 844,673. La cifra de víctimas fatales asciende a 83, mientras que 175 personas resultaron heridas y 105 aún se encuentran desaparecidas.
Las consecuencias de las lluvias torrenciales han obligado a 134,331 personas a abandonar sus hogares, de las cuales 115,844 se desplazaron y 18,487 se refugiaron en albergues temporales. Este fenómeno ha golpeado a 341 de los 497 municipios de Rio Grande do Sul, sumiendo a la región en una crisis sin precedentes.
El panorama es desolador: calles convertidas en ríos, casas sumergidas hasta los techos, y la capital, Porto Alegre, una metrópoli de 1.4 millones de habitantes, se encuentra parcialmente inundada. Imágenes aéreas y terrestres muestran la magnitud del desastre, con el río Guaíba alcanzando niveles históricos de 5.30 metros, superando el récord establecido en 1941.
Las lluvias, aunque intermitentes este domingo por la mañana, no dan tregua. El agua avanza implacablemente sobre la ciudad, sumiendo a más áreas bajo el agua y dejando a su paso una estela de destrucción. El barrio Sarandí, una zona popular, se encuentra prácticamente sumergido, con estacionamientos y vehículos cubiertos por las aguas.
La situación humanitaria es crítica, con más de 15,000 personas alojadas en refugios y más de un millón de hogares sin acceso al suministro de agua en la región. La magnitud de la destrucción es incalculable, según los informes de la Defensa Civil, y la recuperación será un proceso largo y arduo para las comunidades.
Este desastre climático es considerado el peor en la historia reciente de Rio Grande do Sul, superando incluso la tragedia ocurrida en septiembre de 2023, cuando 54 personas perdieron la vida tras el paso de un ciclón extratropical. Las autoridades, junto con voluntarios y organizaciones de ayuda, se movilizan para brindar asistencia a los afectados y mitigar los daños causados por estas inclemencias del tiempo.
341 municipios afectados
Al menos 341 de los 497 municipios de Rio Grande do Sul se vieron afectados por la catástrofe, según el gobierno estatal. Hasta la fecha se rescataron más de 3.200 animales.
La tragedia se produce por la masa de aire caliente estacionada en el Centro-Sur del país, que impide el avance de frentes fríos y concentra las precipitaciones en Rio Grande do Sul y el sur de Santa Catarina. El fenómeno se intensifica por uno de los El Niño más fuertes de la historia y por el cambio climático, relacionado con el aumento de eventos climáticos extremos en la región.
Acciones del gobierno federal
Los equipos del Ibama trabajan para apoyar acciones humanitarias y de distribución de alimentos, además de reubicar animales de Centros de Clasificación de Animales Silvestres, entre otras acciones. El ICMBio envió una embarcación a la región metropolitana de Canoas para ayudar en el rescate de personas y animales, monitoreando la situación del Parque Nacional Lagoa do Peixe y de los pescadores tradicionales de la región.
La fuerza laboral del gobierno federal incluye 9.160 miembros del Ejército, 237 de la Marina y 960 de la Fuerza Aérea Brasileña, además de 3.243 miembros de agencias asociadas. El Ministerio de Justicia movilizó a 674 policías y 60 bomberos de la PF, PRF y Fuerza Nacional, apoyados por cuatro helicópteros, 48 camiones especiales, 20 vehículos, 18 botes de rescate, nueve botes de rescate, entre otros equipos.
Otras acciones federales incluyen la instalación de un hospital de campaña en Estrela, con enfermería, 40 camas, dos consultorios de atención y uno de detección. Otro hospital llegará este domingo a la ciudad de Canoas y una tercera unidad será enviada a São Leopoldo. También se realizará el envío de 20 kits de insumos y medicamentos, que atenderán a 30.000 personas en un mes.
El gobierno trabaja en el seguimiento de los impactos en los Territorios Indígenas, con el desplazamiento coordinado por la Funai de 150 tiendas de campaña donadas por la Defensa Civil de Paraná. Otras medidas incluyen el apoyo al traslado de familias desplazadas en la Tierra Indígena Serrinha y el seguimiento de las acciones de Defensa Civil en las Tierras Indígenas de Rio da Várzea, Mato Castelhano, Cacique Doble, Guarita y la región de Tapejara. También hubo desalojo de la comunidad Kaingang, en el municipio de Forqueta.
Un vuelo de la Fuerza Aérea Brasileña llevo este domingo insumos hospitalarios de nutrición parenteral y miembros de la Fuerza Nacional del SUS a Rio Grande do Sul. Se movilizaron veinte parejas de médicos y enfermeras para apoyar el operativo en el Estado, y hubo coordinación con empresas para garantizar el suministro de oxígeno a los hospitales.
También se enviaron a la región más de 18 toneladas de materiales como generadores, baños químicos, tiendas de campaña, colchones y material de apoyo eléctrico e hidráulico, por ejemplo. El Ministerio de las Ciudades anunció más de 55 millones de reales para proyectos de contención de taludes y se pusieron a disposición 34 antenas de emergencia para facilitar las comunicaciones.
El Ministerio de Desarrollo comprometió 8,4 millones de reales para la compra de 52.000 cestas básicas de alimentos y está previsto comprar otras 45.000 cestas de alimentos. Se pondrán a disposición 50 millones de reales para el Programa de Adquisición de Alimentos y 2.000 cestas de alimentos para comedores solidarios.
También fue autorizada una transferencia mensual, a petición del municipio, de R$ 20.000 mensuales para cada grupo de 50 personas desplazadas o sin hogar que requieran alojamiento temporal. El IRS donó 50 toneladas de ropa y zapatos.
Esta tragedia nos recuerda la importancia de la preparación y la resiliencia ante eventos climáticos extremos, así como la urgencia de tomar medidas para abordar el cambio climático y proteger a las comunidades vulnerables ante futuros desastres.