Elecciones 2023

 Cristina Fernández de Kirchner ratificó que se baja pero marca el juego electoral del oficialismo

«No voy a ser mascota del poder»

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La vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, volvió a insistir en redes sociales que no será candidata. Así lo adelantó el 6 de diciembre del año pasado. 

«No voy a ser mascota del poder por ninguna candidatura».

Cristina Fernández  apuntó contra el «Partido Judicial», Juntos por el Cambio y el poder económico.

A través de una carta publicada en su página web, Cristina Fernández de Kirchner, explicó que su decisión de no encabezar una postulación presidencial busca evitar caer «en la trampa a la cual nos quieren llevar». Esto significa «que tengamos una candidatura prohibida por el Partido Judicial». «Funciona como una Task Force de Juntos por el Cambio y los grupos económicos concentrados para producir la eliminación de sus adversarios políticos».
«después de un fin de semana electoralmente adverso para Juntos por el Cambio y favorable para el peronismo», la Corte emitió el fallo» a sólo 72hs del comienzo de la veda electoral. Con un objetivo político: perjudicar al peronismo y tapar sus propios delitos».

De la corte ejemplar a la corte de los cuatro. Breve crónica de la decadencia”

Recordó que cuando habló de la proscripción del peronismo y de su figura era debido a «la comprensión de la etapa histórica que estamos atravesando». Y explicó: «Así como tres personas lo hicieron con las provincias de Tucumán y San Juan, no tengan dudas de que lo harán contra mi persona. El fin es evitar que el Peronismo pueda participar del proceso democrático, o debilitarlo, conduciéndonos a un callejón sin salida».

La vicepresidenta Cristina Fernández remarcó que:

«Ns o se trató de una decisión apresurada ni producto del momento». «Es una decisión razonada y pensada» a raíz de los hechos impulsados por el Poder Judicial y económico. «Los conozco, sé como piensan, como actúan y como van a actuar. Los he visto a lo largo de la historia y experimenté su juego en carne propia y de mi familia, con una persecución atada con precisión quirúrgica al calendario electoral», dijo.

«Como vengo sosteniendo desde hace mucho tiempo, no se trata sólo de la proscripción de una persona, sino del peronismo«, argumentó. Por otro lado añadió: «Aunque algunos, por mezquindad o mediocridad, lo negaron recurriendo a tecnicismos legales, la realidad una vez más lo confirmó».

Volvió a remarcar la importancia de la construcción de un programa de gobierno «que vuelva a enamorar a los argentinos y las argentinas».  Convencerlos «de que un país mejor no sólo es posible sino que, además, es deseable». «Un programa de gobierno que es necesario para el sistema democrático en su conjunto», dijo.

Argentina cumplirá 40 años ininterrumpidos de democracia.

Insatisfacción democrática

A propósito de las cuatro décadas de democracia, señaló que:

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Actualmente «una parte importante de la ciudadanía no se siente representada ni contenidas sus aspiraciones. En esta Democracia se perdió en lo económico, degradó en lo social y comenzó a romperse en lo político e institucional. Con bronca y desilusión aparece lo que hace tiempo atrás denominé como la «insatisfacción democrática».

Para Cristina Ferández de Kirchner, la pérdida de la Democracia económica comenzó en 2016 con el gobierno de Cambiemos, encabezado por Mauricio Macri. Cuando «recién asumido, daba inicio a un brutal nuevo ciclo de endeudamiento externo que culminaría con el retorno del Fondo Monetario Internacional a través de un préstamo insólito, inédito y político» con un doble objetivo: «ayudar a ganar las elecciones a ese ‘gobierno amigo’» y «permitir la retirada en dólares de los fondos de inversión especulativos», enumeró.

Fondo Monetario Internacional

A continuación, Cristina Fernández, se refirió a las consecuencias del retorno del FMI a la Argentina.

«La historia que siguió es la misma de siempre con el Fondo en nuestro país. Interviene, toma el timón de la economía argentina, impone su programa económico y se dispara otra vez el proceso inflacionario sin control». Y agregó que «la casualidad no es una categoría política. Por eso, no es casual que ninguno de los dos Presidentes que aceptaron el programa del FMI conserve aptitud electoral. Sin embargo, en política sí hay causalidad y la determinante es la economía».

Los efectos nocivos de la política económica de Cambiemos y del FMI afectó el desempeño del gobierno del Frente de Todos. Según la vicepresidenta «resulta imposible para cualquier gobierno administrar razonablemente la natural puja distributiva por el ingreso». Además, remarcó que en ese contexto la inflación se convirtió «en el más fenomenal instrumento de transferencia de recursos de toda la sociedad a los sectores más ricos y concentrados de la economía», quienes se apoderaron de una «renta extraordinaria» en un marco de laxitud tributaria. «A la luz de la historia de nuestro país y salvo períodos de gobierno muy precisos, nada nuevo bajo el sol», agregó.

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Además resaltó que la pandemia también tuvo «consecuencias catastróficas». No sólo a nivel sanitario sino también en lo económico y social «con la profundización de la concentración del ingreso y el crecimiento de la pobreza». Y en alusión al presidente Alberto Fernández, dijo: «De la pandemia no salimos mejores».

Violencia política

«Acabada la Democracia económica se degrada la Democracia social y el paradigma peronista de la movilidad social ascendente», apuntó. Explicó que por primera vez en la historia argentina conviven un bajo índice de desocupación (6,3%) con un alto nivel pobreza (40%). «Encontramos trabajadores en relación de dependencia que son pobres y el surgimiento de una sociedad dual. Una parte accede a todos los bienes y servicios y la otra, mayoritaria, ve notablemente reducidas sus posibilidades de progreso o, directamente, carece de ellas», dijo.

En los 40 años de democracia el país vivió dos crisis económicas y sociales de extrema gravedad (1989 y 2001). También destacó que en aquellos momentos no se puso en duda el Pacto Democrático de 1983 «por el cual ni la violencia política sobre el adversario ni la proscripción electoral serían elementos del accionar político». Hoy, en cambio, «los fantasmas del pasado han vuelto a la realidad política argentina», manifestó.

En 2022, la violencia verbal y simbólica «se materializó en la calle a través del accionar de grupos violentos». Su objetivo estaba direccionado contra el peronismo y el kirchnerismo, expresó la vicepresidenta. Y agregó: «La culminación de este accionar tuvo lugar aquel 1 de septiembre de 2022, frente a mi casa particular cuando, acompañada por Dios y la Virgen y rodeada de compañeros y compañeras, atentaron contra mi vida».

Siguiendo esa línea, señaló que luego del intento de magnicidio, los grupos violentos representados por Revolución Federal, entre otros, «que organizada y semanalmente fustigaban, escrachaban y amenazaban, desaparecieron como por arte de magia». Para la exmandataria «esto confirma sin lugar a dudas, el carácter premeditado y carente de cualquier viso de espontaneidad de la violencia política de estos grupos. Eran fogoneados y financiados por la oposición y los medios de comunicación hegemónicos le garantizaban amplia cobertura mediática».

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A propósito del rol de ciertos medios en el «fogonéo» de la violencia contra el kierchnerismo, la vicepresidenta hizo alusión a un artículo del diario Clarín titulado «La bala que no salió y el fallo que sí saldrá”. No dudó en catalogar al medio de Héctor Magnetto como «principal usina de difusión del odio hacia mi persona y mi familia». Se refirió al editorial como «una suerte de lamento por el fracaso del asesinato. Pero anticipando el fallo que pocos días después exponentes del Partido Judicial dictarían en mi contra y cuyo resultado condenatorio preanuncié públicamente tres años antes cuando se inició el juicio conocido como la obra pública de Vialidad Nacional. La condena e inhabilitación en dicha causa tiene una única traducción política y electoral: la proscripción».

Sobre el final de su carta, Cristina Fernández de Kirchner les habló «a los que exigen la desaparición del peronismo o del kirchnerismo». «Les recomiendo presten atención a la historia y a la larga lista de “exterminadores vernáculos”. Nunca pudieron convencer a los argentinos que comer bien y cuatro veces al día es una cuestión ideológica; que tener un lugar digno para vivir y ver crecer a sus hijos, estudiar y progresar es de populistas; o que trabajo y salarios dignos es una creencia antigua. A ellos les digo: no pudieron ni podrán acabar con la memoria ni los sueños de millones de argentinos y argentinas a vivir en una nación libre, cuyo pueblo progresa en orden y es feliz», concluyó Cristina Fernández.

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