INTERNACIONALES– El régimen talibán en Afganistán ha intensificado la represión contra las mujeres al aprobar una nueva ley que prohíbe el sonido de la voz femenina en espacios públicos. Marca un nuevo hito en las severas restricciones impuestas desde su regreso al poder en agosto de 2021. Esta norma, ratificada por el líder espiritual Haibatulá Ajundzadá, establece que la voz de una mujer es un «atributo íntimo» que no debe ser escuchado en público, lo que incluye actividades como cantar, recitar o hablar en voz alta.
La ley, que cuenta con 35 artículos en un documento de más de 100 páginas, también impone estrictas restricciones sobre la vestimenta femenina, exigiendo que las mujeres cubran completamente su rostro y cuerpo con un velo integral. Además, se les prohíbe el uso de cosméticos, perfumes y cualquier prenda que revele la forma de su cuerpo, con el argumento de evitar «causar tentación».
1. La voz de las mujeres, silenciada en Afganistán
La prohibición más reciente y quizás una de las más inquietantes es la que impide que la voz de las mujeres sea escuchada en público. Según el artículo 13, de la Ley para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio, la voz de una mujer es considerada un «atributo íntimo» que no debe ser oído fuera del hogar. Esto significa que no pueden cantar, recitar o hablar en voz alta en ningún espacio público. La ONU condenó esta ley, destacando que extiende las restricciones ya intolerables sobre los derechos de las mujeres en Afganistán.
2. Cierre de salones de belleza
Otra de las medidas impuestas por el régimen talibán fue el cierre masivo de salones de belleza y estéticas en todo el país. Estos espacios, que antes ofrecían un refugio para las mujeres, ahora están prohibidos, pues las mujeres ya no pueden ingresar a ellos. Esta prohibición no solo afecta la libertad personal, sino también la economía, pues muchas mujeres dependían de estos negocios para su sustento.
3. Educación vetada para mujeres y niñas
Desde la llegada de los talibanes al poder, las oportunidades educativas para mujeres y niñas fueron completamente eliminadas. Las niñas mayores de 12 años tienen prohibido asistir a la escuela, y las mujeres no pueden acceder a la educación superior. Esta expulsión de las aulas, implementada en todo el país, es un claro retroceso en los derechos de las mujeres, que ven cortadas sus posibilidades de desarrollo personal y profesional.
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Foto: EFE
4. Expulsión del mercado laboral
Las mujeres afganas han sido prácticamente eliminadas del mercado laboral bajo el régimen talibán. A pesar de que el país enfrenta graves crisis económicas y sociales, las mujeres solo pueden trabajar en sectores muy limitados, como la educación y la salud, y exclusivamente en la capital, Kabul. Esta prohibición refleja la visión extremista del régimen, que busca confinar a las mujeres al ámbito doméstico.
5. Reclusión en el hogar
Las mujeres y niñas en Afganistán no solo están excluidas de la vida pública, sino que también están confinadas en sus hogares. Las nuevas restricciones impuestas por los talibanes prohíben que se acerquen a ventanas o balcones, con el fin de que no sean vistas por nadie.
6. Código de vestimenta implacable
El código de vestimenta impuesto por los talibanes es extremadamente estricto. Las mujeres deben cubrirse completamente desde la cabeza hasta los pies cuando salen de sus hogares. Este código no solo exige el uso de un velo que oculte el rostro, sino también ropa lo suficientemente gruesa y suelta para no delinear la figura femenina, evitando así cualquier posibilidad de “tentación”. Cualquier desviación de estas normas puede resultar en castigos severos.
7. Matrimonios forzados en aumento
Desde que los talibanes regresaron al poder, los matrimonios forzados aumentaron de manera alarmante. Las familias, bajo la presión de la crisis económica o por miedo a represalias, obligan a sus hijas a casarse con talibanes a cambio de dinero o protección. Esta práctica, que priva a las mujeres de su derecho a elegir su propio destino, es una muestra más de la opresión que enfrentan.
8. Limitación de la movilidad
La movilidad de las mujeres en Afganistán está severamente restringida. Ninguna mujer o niña puede salir sola si no es con un acompañante hombre de parentesco cercano, como un padre, hermano o marido. Esta prohibición no solo aplica a caminar por las calles, sino también al uso del transporte público. De hecho, se han implementado autobuses con sectores exclusivos para mujeres en rutas de corta distancia para evitar cualquier posibilidad de que viajen sin la compañía de un hombre.
9. Prohibición de mirar a hombres
En su intento por controlar todos los aspectos de la vida de las mujeres, los talibanes también impusieron una norma que prohíbe a las mujeres mirar a hombres con los que no tengan un parentesco cercano. Esta ley, la aprobó el líder supremo Haibatulá Ajundzadá, y subraya la visión extremista del régimen sobre el rol de las mujeres en la sociedad, donde incluso la mirada puede ser considerada un acto inmoral.
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10. Libertad de expresión abolida
Desde la toma de poder por parte de los talibanes, la libertad de expresión ha sido prácticamente abolida en Afganistán. Las mujeres que se han atrevido a protestar contra las injusticias fueron detenidas y enfrentaron represalias severas.
Ministerio de la Virtud y el Vicio:
Es el encargado de hacer cumplir estas normas, también ha impuesto restricciones a los hombres, como la prohibición de usar corbata, recortar la barba por debajo de la longitud de un puño o peinarse. Los hombres también tienen prohibido mirar a mujeres que no sean sus parientes cercanos. Las sanciones por infringir estas normas varían desde advertencias hasta detenciones y confiscación de bienes.
Esta nueva legislación refuerza la interpretación más estricta de la sharía que los talibanes han implementado, legitimando la persecución y el castigo de aquellas personas que transgredan estas normas. Desde que los talibanes tomaron el poder, la ONU ha descrito la situación de las mujeres en Afganistán como un «apartheid de género», siendo actualmente una de las peores en todo el mundo.
Las reacciones internacionales no se han hecho esperar, con diversos organismos denunciando el impacto negativo de estas leyes sobre los derechos humanos, en particular sobre las mujeres y niñas afganas. La ONU ha expresado su preocupación por el creciente control del Ministerio de la Virtud y el Vicio, que está instaurando un clima de temor e intimidación en la sociedad afgana.