Salud y Bienestar
El Kale: poderoso vegetal que supera a la leche y a la carne en nutrientes
El Kale, en el mundo de la alimentación saludable, es un tesoro vegetal que emerge como un superalimento. Aunque su nombre pueda no ser familiar para todos, este vegetal de hoja verde pertenece a la familia botánica brassica oleracea, compartiendo su linaje con otras verduras como la coliflor, el repollo y el brócoli.
Originario del norte de Alemania, el kale, también conocido como berza o col rizada, ha trascendido fronteras y culturas para convertirse en un recurso nutricional valioso. Sus hojas crespas y carnosas, de un verde vibrante, son su característica distintiva y su crecimiento se ve favorecido en climas fríos, incluso beneficiándose de las heladas y la nieve.
Este vegetal se ganó el título de superalimento por mérito propio
Los motivos:
El kale presenta un perfil nutricional impresionante que supera las expectativas de muchos otros alimentos. Se reveló que posee más hierro que la carne y más calcio que la leche, lo que lo convierte en un recurso fundamental para vegetarianos y omnívoros por igual.
Lo más interesante es que el calcio en el kale se absorbe más eficientemente que el calcio lácteo, desafiando la noción tradicional de que la leche es la mejor fuente de este mineral. Además, su alto contenido de hierro es esencial para fortalecer el sistema inmunológico y promover la producción de glóbulos rojos, contribuyendo a prevenir la anemia.
El kale también es rico en otros nutrientes vitales. Se considera que una porción de esta verdura aporta cuatro veces más ácido fólico que los huevos. Formando parte de la familia de las crucíferas, que incluye vegetales como el brócoli y la coliflor. El kale es conocido por almacenar grandes cantidades de agua, proporcionando así vitaminas y minerales esenciales para el funcionamiento óptimo del organismo.
Contiene Vitaminas:
No solo facilita la absorción de hierro, sino que también protege contra resfriados y tiene propiedades antiinflamatorias por la vitamina C. La vitamina A, crucial para la salud de la piel y la vista, también abunda en esta verdura. La vitamina K, fundamental para la coagulación sanguínea, es otra joya que ofrece el kale.
Pero eso no es todo. El kale es un aliado para la desintoxicación del cuerpo debido a su capacidad para eliminar toxinas. También es una fuente rica en cobre, magnesio, potasio, sodio y ácidos grasos omega 3 y 6, lo que lo convierte en un defensor de la salud cardiovascular dentro de una dieta equilibrada.
Expertos en nutrición, elogian al kale por su contenido en fitoquímicos y antioxidantes, que retrasan el envejecimiento celular y fortalecen el sistema inmunológico. Además, estudios científicos sugieren que ciertos compuestos en el kale, como los glucosinolatos y los antioxidantes carotenoides y flavonoides, podrían inhibir el desarrollo del cáncer.
El kale ascendió al trono de los superalimentos debido a su contenido nutricional excepcional y su capacidad para promover la salud en múltiples frentes. Esta verdura, con su vibrante color y su riqueza nutricional, demuestra que la naturaleza nos brinda tesoros vegetales que pueden superar incluso a los alimentos más tradicionales en términos de nutrientes y beneficios para la salud.
Cómo podemos preparar las hojas de kale
1- Hojas de kale en ensalada.
Usamos las hojas más tiernas y nuevas, las más grandes y verdes son demasiado fibrosas al paladar para comerlas crudas. Es la forma en la que se aprovechan al máximo sus nutrientes. Con manzana y aguacate, con garbanzos cocidos y nueces, con queso y salmón…, como más te guste. Se suele aderezar antes y dejar reposar para que no esté tan recia a la hora de comerla. Existe una variedad llamada lacinto menos fibrosa ideal para ensaladas.
2- Cocidas al vapor o hervidas.
La segunda opción es siempre menos recomendable en los vegetales que la primera por perder de esta forma parte de sus propiedades. Si se cocina hay que hacerlo como cualquier verdura de hoja, es decir, sumergiéndola en agua hirviendo hasta que esté tierna. Luego se escurre y lista. Al vapor mantiene mejor sus beneficios saludables y también su textura es más firme y agradable.
3- Hojas de kale salteadas.
Lavamos y cortamos hojas y tallos. Podemos cocerlas previamente al vapor o directamente saltearlas, o incluso sofritas sobre fuego fuerte. Con condimentos o combinado con otros vegetales, pero siempre con un buen aceite de oliva.
4- Hojas de kale horneadas.
Es la forma más original. Se cortan en tiras o dejamos las hojas grandes, como más nos guste. Untamos un poco de aceite con los dedos y ponemos cinco minutos al horno, calentado previamente a 220º. Luego sacamos, damos vuelta a las hojas y volvemos a hornear dos minutos, hasta que adquieran un poco de tono. Salen crujientes como chips y muy sanas.
5- Hojas de kale en zumo.
Los zumos verdes se consideran una buena fuente de energía, belleza y salud. Licuada con otros vegetales o frutas es la forma más nutritiva ya que todas las vitaminas se mantienen y las enzimas naturales siguen activas. Es fácil de preparar. En este caso lavaremos bien las hojas, sin tallo y meteremos en la licuadora con los otros ingredientes de nuestra bebida detox (por ejemplo, apio, pepino y un poco de jengibre). Introduce el agua y tritura en varias sesiones cortas.
6- Hojas de kale guisadas.
Por último esta crucífera con volantes puede guisarse o usarse en sopas como cualquier vegetal de hoja verde.